domingo, 19 de diciembre de 2010

Radio Celeste


PLUMABIERTA Y LA ELITE INTELECTUAL


Hace dos años, durante la boda de un amigo, un viejo conocido al que hacía siglos que no veía y al que no he vuelto a ver desde entonces, me dijo que le parecía un desperdicio que la revista Plumabierta apenas fuera conocida después de once años de existencia; que él sabía cómo lograr que nos codeáramos con la élite intelectual.
Yo, que como algunos saben, me siento afortunado y orgulloso de ser uno de los responsables de dicha revista, le expliqué con muy buenas palabras que, tanto a mí como a mis compañeros, eso a lo que llaman “élite intelectual” nos la trae más bien al pairo. Que, aunque la respetamos, de cara a los propósitos de Plumabierta nos trae sin cuidado, vamos.
Revistas con grandes aspiraciones intelectuales hay muchas y muy respetables, no voy a entrar ahora en ese terreno. Pero Plumabierta es otra cosa.
Hay publicaciones que afirman aceptar textos de cualquier autor, pero no es cierto; basta con ver el afán que ponen en mostrar el infinito curriculum literario de cada uno de sus colaboradores, para así darle caché a la revista. En Plumabierta, sin embargo, la autoría de las obras recibidas permanece en el anonimato durante el proceso de selección para que así todos juguemos con las mismas cartas. No nos importa si un autor no ha publicado absolutamente nada en su vida. Es más, a mí personalmente, me alegra mucho cuando tengo noticias de que hemos sido los primeros en publicarle a alguien, que hemos sabido transmitirle a esa persona la cercanía suficiente como para que confíe en nosotros y se anime a romper el cascarón.
Se lo dije a mi interlocutor durante la boda de mi amigo: Soy consciente de que nuestra filosofía y modo de trabajo nos lleva a publicar una revista que quizás no llegue a la calidad que ofrecen otras publicaciones, pero es que obtener las más altas cotas de calidad no es nuestra prioridad.
Si bien es cierto que la calidad es un factor que tenemos en cuenta, hay otros aspectos que consideramos más interesantes.
En Plumabierta trabajamos con un modo de entender la Cultura que, si bien es compartida por muchas personas a lo largo y ancho del planeta, en nuestro pueblo de procedencia, Arcos de la Frontera, aun suena un poco extraterrestre. Me explico: Tradicionalmente, la comunicación entre escritores y lectores –por ejemplo-, ha sido vertical y unidireccional, es decir, el escritor oh Dios Todopoderoso habla desde su altar y el lector se limita a leer o escuchar, guardando silencio. Nosotros apostamos por todo lo contrario: horizontalidad y comunicación bidireccional -verdadera comunicación-, donde tanto uno como otro tiene voz en igualdad de condiciones. Y es que en los tiempos que corren, la Cultura, sin un enfoque social, carece de todo sentido.
“Los del Pluma” podemos presumir de llevar casi catorce años en esto, con total independencia. Vamos a nuestro aire, sin necesidad de que ninguna institución nos apadrine. Muchos no nos comprenden. Ni falta que nos hace. Somos felices así, haciendo lo que nos gusta, creciendo, compartiendo, aprendiendo humildemente a cada paso que damos.


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