domingo, 24 de abril de 2011

Radio Celeste

           PELÍCULAS POR TELEVISIÓN

¿Nunca les ha pasado que, teniendo una película en vídeo (en el formato que fuese), la han vuelto a ver en televisión?

No sé a ustedes, pero a mí sí. Tengo la película ahí, bien a mano, la puedo ver cuando me apetezca. Entonces, ¿por qué en alguna ocasión me he alegrado de encontrarla en la tele y me he quedado a verla? Solo se me ocurre lo siguiente:

Se me ocurre que cuando vemos una película en vídeo todo sucede en la más estricta intimidad. Nosotros la elegimos, nosotros la ponemos, nosotros la vemos. Punto. En cambio, cuando la emiten por televisión, nos convertimos en espectadores, en parte de un público compuesto por miles o millones de personas que están participando de un mismo evento, un evento público al que asistimos aunque sea desde la intimidad de nuestro hogar, en pijama, con las babuchas puestas o tirados en el sofá. Es una opción en la que estamos conectados con más gente y, especialmente, con un canal televisivo que ha reconocido oficialmente nuestros gustos personales al incluirlos en su programación. Ese sería, posiblemente, otro factor: una “institución” – nada menos que la tele- ha parecido tener en cuenta nuestras preferencias. Y nos sentimos reconocidos.


También es posible que lo que acabo de escribir no sea más que ganas de buscarle tres pies al gato y que todo quede en algo tan sencillo como un simple “poyaque”: po ya que la están poniendo, voy a verla. Y todo parece perfecto hasta que, inesperadamente, sufrimos un episodio de lo que ha venido a conocerse como “amnesia publicitaria”, ese momento mágico en el que todos hemos pensado alguna vez: ¿Qué coño era lo que estaba viendo?

Pedro Pérez Linero

1 comentario:

  1. En ese momento de amnesia publicitaria es cuando tambien nos decimos: " pero si la tengo en video que coño hago viendola por la tele. Voy ha tener que inventarme algo para justificarme", jajajaja

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