jueves, 6 de enero de 2011

Beso incoloro

La viste de pasada. Señora mayor, mucha cabeza y peinado típico de las mujeres de su edad (mucha laca y coplas frente al espejo). Resulta que te conoce porque tiene algún parentesco familiar con tu madre, no lo sabes bien porque tampoco te interesa demasiado. Cuando regresas a casa se lo comentas: he visto a fulanita...
Una tarde viene a casa, no se para qué, y te reconoce. Entonces antes de estamparte un beso succionador, cita la celebre frase: "¿Este es tu niño? ¡vamos, vamos, vamos chiquilla que grande y que guapo está ya!. Yo no se desde cuando no lo veo."
Entonces tu madre le cuenta que el otro día por la calle la reconociste.
Acto seguido ocurre lo que desde un principio temiste, un beso tatuador rojo carmín en el moflete que luego te tocas porque temes que se haya llevado un trozo de él.

Intentas huir del salón pero no puedes. Te hace un cuestionario que en ocasiones puede engatusar, pero que en realidad deseas que termine cuanto antes. Comenta que tiene una nieta de mi edad y que es muy guapa. Me enseña una foto. En realidad no es fea, pero no me gustaría llegar a odiar más a esa señora. Tampoco se merece tanto.

Un día te invitan a una boda. Es de un primo lejano tuyo en la que estas obligado a ir por la insistencia de tu madre.
Ya ni te acuerdas de aquella mujer pesada y la par entrañable, cuando de pronto te la encuentras de frente en la iglesia. Noooo!! Te quieres morir.

Muacc!! Muacc!! Tatuaje. Medio moflete insensibilizado.

Convite. No sabes que va a llegar un momento bochornoso, tienes la mosca detrás de la oreja, pero ahora estas con tus primos y te sientes bien, cómodo.

Aparece de nuevo. Esta vez acompañada con una cara que te resulta familiar. Resulta que es su nieta, aquella que te enseñó una tarde en una fotografía de carné.
Empieza a subirte la sangre a las orejas. Deseas morirte o que se mueran todos.
Sientes vergüenza propia y ajena.
Te la presenta, hablas un poco con ella y te largas. Ahh! se me olvidaba, te dibujó otro tatuaje.

En ocasiones como esta, deseo más que nunca a la mujer que con besos incoloros desate en mí vergüenza y odio, pero que lo remata con cariño y paz.

Aunque cuidado, van haciendo tatuajes en el corazón.

E.M.G

más en... http://amalgamadeversos.blogspot.com

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